Alma
- malenaindirabouza
- Sep 12
- 3 min read
Updated: Sep 16
Era uno de esos días en los que no hubo parada. Eran uno de esos días en los que abundaba el habla. Eran uno de esos días en los que el descanso ocurría en la misma tarea artista. Era uno de esos días en los que una mujer siente con todo su corazón, su útero, y la raíz.
La raíz de una mujer que pone el foco en su vida, ha aprendido a marcar los límites, a no callar la voz, y a no sentirse culpable por ello. Que ha aprendido a cambiar el tono en circunstancias que así lo requieren. Y que canta al gritar. Que grita Alma, Alma, Alma. Y Alma viene, y si se llega a meter por algún recoveco, ella la volvía a buscar. Y así andaban, destino cuidados esenciales para una vida adulta nueva. Una vida adulta distinta a las normas conocidas, con una única condición: libertad de expresión. Que el sí y el no vienen solos, que la presencia de los perfumes en el hogar es natural, y que las necesidad básicas son afortunadas.
Una señora vieja que no conocía de los asuntos cotidianos importantes, y del vínculo entre corazón y melón, le dijo:

Te gastas una fortuna en Alma.
Y ella respondió por dentro:
La fortuna es ella, yo no gasto, multiplico señora sin voz. Mi garganta impregna los lugares que visito, y mis pasos dejan huellas permanentes en cualquier ambiente. He conocido la abundancia, y lo que tú llamas gasto, para mí es pura inversión. Criptomonedas de sumas impensadas para los gastos que yo no hago, los de mi energía regalada al mejor postor, los de mi esfuerzo dedicado a la institución, los de mi emoción en causas políticas ignorantes, o, los peores gastos que para mí existen en la vida: los del malestar de la ausencia de silencio, los del paso del tiempo sin contemplar la marea, perdiéndome de todo lo que para mí tiene valor.
Ahora la señora se quedó paralizada en su ataque a su ser mismo. Y más tarde comprendió, que había que darle lugar a la palabra real. Pero la mujer afortunada también comprendió algo después de aquella conversación. Que su voz no estaba en juego, que su corazón abría con cada desgaste energético, y que la suerte que ella tenía, a nadie le pertenecía, y un ladrón no puede jamás robar lo que no sabe que existe.
Caricias: nunca dudes de decir lo que crees que no puede ser entendido. Pues decir vale más que cualquier desentendimiento. Verse, es distinto, hablarse es necesario aún en los peores casos. Como salga, como venga, porque cuando una mujer grita Alma, Alma está presente en cada palabra. Aunque duerma en otra habitación, aunque salga a correr y una quede esperándola, aunque se arrastre por los peces pescados, y por sobretodo: aunque la vida a ojos rotos no tenga nada de lo que la fortuna es, para una mujer que crea mundos paralelos con cada frase pronunciada, abre y cierra portales de evolución con cada luna asemejada. Y lo mejor? La creatividad es la poesía en acción. El vivo y directo de la manifestación.
Desde entonces la existencia de la mujer afortunada y la señora vieja que no conocía de los asuntos cotidianos importantes,
viven una vida compañera de la voz del silencio. Y se encuentran para ocasiones especiales, a celebrar la vida. Disfrutan del compartir taciturno de una vida maleante, y celebran las vueltas del reloj, como remedio a la desposesión desparasitada de Alma.








Comments